miércoles, 3 de marzo de 2010

Mientras se derrite mi raspado congelado...

No sé porque, pero me acordé de la historia de una señora que fue a mi trabajo, ella decía que había perdido a su primer hijo un 9 de agosto de 1982, fue a su consulta de rutina y el doctor le dijo que el corazón del bebe ya no latía, se le había enredado el cordón umbilical en el cuello. Un 9 de agosto entro a quirófano.



Dos años después, un 9 de agosto de 1984, ella da a luz a su (ahora si) primer hijo, Samuel, el doctor dijo que nació bien a pesar de tener el cordón umbilical alrededor del cuello. El día más triste de su vida cambió radicalmente al más feliz, solo tuvo que esperar. Ella siempre le cuenta esa historia para que recuerde que su cumpleaños es importante, es un milagro.



Eso me hizo pensar en mis cumpleaños, yo sé que la historia de cada quien es distinta y por lo mismo sorprendente, por muy sosa que a veces nos lo parezca.



A veces uno camina por inercia, otras por necesidad, otras por valor propio. Sea como sea, aquí estamos, vivitos y coleando, o con sueño o cansados, pero aquí, en este preciso momento y lugar, coincidiendo con personas a las que cambiaremos la vida, como ellos nos la cambian, para bien, para mal, o para no sé que. Nunca més seremos los mismos, siempre habrá algo nuevo, aunque no sepamos qué es o no lo notemos.



A veces nos conectaremos en el momento correcto, a veces nos conectaremos para buscar a alguien en momentos críticos, a veces estaremos, otras no, pero ap parecer, las piezas siempre se mueven con un propósito.



La Sra. Beth Greer mando este recado a la iglesia:



Dios nunca desperdicia nada

Nunca olvida nada

Nunca pierde nada

Mientras estemos vivos, tenemos una tarea que hacer.

Nunca estaremos viejos para hacerlo, nunca cansados.

Enfermedad, debilidad, fatiga, dolor-

ninguna de esas cosas nos exime de nuestro destino.

Que estemos vivos HOY es una prueba positiva

de que Dios tiene algo para nosotros, algo por hacer el día de HOY.

(Anna R. B. Lindsay, 1893)





No sé, independientemente del obvio matiz religioso, me parece correcto. Cada día tiene su propósito, aunque a veces no sepamos de que se trata, aunque a veces nos atrape la rutina, aunque a veces uno este muy cansado, aunque uno se olvide por momentos de soñar…



Había olvidado lo mucho que me gusta leer, lo mucho que disfruto escribir sin importar si alguien lo lee, y agradeciendo a quien lo hace, lo mucho que me alegra oír a Lily Allen y Placebo, lo bien que se siente dormir acurrucada en el sofá en plena tarde…



No me interesa ser rica ni famosa, lo único que quiero es despertar sonriendo, hacer lo que me gusta, desayunar rico y asomarme por la ventana a ver hacia donde van las nubes…

Y te encontré, eso es un graaaaaaaaaaaaaaan plus!!!!


Ahora, a soñar juntos!



P.d. casi habia olvidado como entra el sol en nuestra recamara....







Adivinen, adivinadores!!!! que es?


2 comentarios:

  1. Que bonita entrada...tas aki a mi lado besukeandome y ya se me fue ke hiba a comentare asi ke solo dire ke efectivamente Dios tiene un proposito para cada uno y un porque de las cosas, solo debemos tenes paciencia y analizar nuestra vida y seguramente encontraremos esa razon o razones tan especiales.

    Yo ya la encontre!

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  2. Un coco.

    Una oblea doblada.

    Un cascarón de huevo de tortuga.

    Un casco de playmobil.

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Y aqui es donde yo opino!