miércoles, 1 de julio de 2009

La Agonia de Ambar...


Hojeando un poco mis pocas creaciones de encuadernación, recordé que en una de ellas había un pedacito de Ámbar (ver post anterior), he aquí mi pequeño pero valioso hallazgo:



CAPITULO 1: DE REGRESO


Mi fantasía eres tú,
Un recuerdo lejano
Que guarde en algún lugar...




El café humeaba frente a ella, no hacía mucho que la luz del sol se había ido, de eso estaba segura. Meneaba con una cucharita el café que no tomaría pero que desprendia esculturas de vapor que la hacían feliz, tan feliz como antes. Un antes que ya fue y no volverá sino en forma de recuerdos acomodados en filas, queriéndose mostrar de nuevo, tratando de escapar para llegar a la memoria y salir a la luz cuando la añoranza abriera la puerta para salir en estampida levantando una nube de polvo sobre el terreno baldío de su vida...

-Corre, que nos deja el metro!

Yo me esforzaba por no caer pero mis pasos (aun pequeños) hacían que pareciera que papa me remolcaba. Simplemente me era imposible ver, caminar o tener un sentido del equilibrio: el gorrito me tapaba los ojos, los pantaloncitos de pijama bajo el vestido (para que no me diera frío), la bufandita, la chamarra y unos calcetines que se aferraban por llegar al piso a cada paso no me facilitaban el trayecto a la guardería.

Tambaleante cual pingüino intentaba en vano no retrazarme, pero la caída fue inminente. Después de ponerme en pie y lograr un poco de equilibrio (tarea nada fácil para una montaña de ropa que llora), papa me sacude la ropa, me dice que me fije, que me concentre, pero que no me preocupe, caminaremos mas lento, pues (ni modo) el metro se había ido.

El andén poco a poco se va poblando de gente que corre con prisa, gente con sueño, periódicos que anuncian descuartizados, secuestrados, y demás notas policíacas, historietas de mujeres complacientes de ensueño, y gente con cansancio. Ese cansancio que deja sus huellas cada vez más profundas, que nubla la mirada, que hace del andar, algo mecánico. Gente preocupada por su doble vida, por la estufa, por los niños, por la combinación de la ropa, y la más común de todas: la preocupación por llegar tarde a ese trabajo de mierda que tanto se odia.

Papa siempre anda corriendo de un lado a otro, y algo me dice que al bajar en nuestra estación, tendré que “fijarme y concentrarme” para no caer y no perder tiempo.

Se abren las puertas de un vagón limpio y desierto que a lo largo del día se llenará de murmullos, enojos, basura, sudor, risas, lágrimas… papá cierra los ojos, un día largo comienza. Viéndolo así, no se ve tan imponente, solo parece un hombre que se cansa, y que como la mayoría, dejo sus sueños y se abandono a la corriente, a la “realidad”, esa realidad que dicta que vivir cuesta y recorrer el mundo no siempre es posible. Dejar atrás las aventuras de trotamundos para darlo todo por lo que pinta ser un amor único, verdadero y para siempre.

Mama es muy distinta. Ella no me remolca, prefiere cargarme cuando tiene prisa… no se a donde se va el tiempo, por que todos corren y a mi el día me parece eterno…Mama siempre me dice que imagine, que sueñe, que así, lograré vivir en un mundo mil veces mejor que este, pero luego dice que si me enfrasco en eso, terminare loquita como una cabra… Mujeres!

A veces pienso que eso que llaman reflejo, es el mundito paralelo donde dice la abuela que habitan nuestras “almas” por ejemplo, si yo estoy llorando y veo mi reflejo, mi alma también esta llorando, si yo sonrío y soy feliz, mi alma esta feliz. Quizá algún día lo sepa. La abuela siempre esta riendo. Ríe como un río, dice ella. También dice que soy unos ojos con patas, que tengo una nariz de payaso que se pone roja en invierno, cabello negro consciencia y piel de leche que beben los gatos. Vaya!

Papa anuncia el itinerario del día: mama vendrá por mi, iremos a casa, iremos por mis hermanos, regresaremos a casa y el llegara en la tarde, osease, lo mismo de siempre.

Después de las infinitas escaleras que nos sacan del metro (lo cual provoco que casi se me saliera el corazón que se agitaba como pajarito en jaula) salimos y el aire frío de la madrugada me golpea.

Luz verde en el semáforo. Los autos pasan como perseguidos por la muerte, papa mira su reloj, semáforo, reloj, semáforo… del lado contrario hay un hombre muy blanco, como de cera, me mira y abre los ojos, busca algo entre sus bolsillos y de pronto se queda inmóvil. Lentamente saca una florecita blanca como él mismo lo es… Luz roja! Papa me da un tironcito para anunciar que nos ponemos en marcha de nuevo, aquel hombre cruza la avenida hasta estar por un segundo frente a frente, extiende la mano para darme la flor, pero esta cae al piso, papa voltea para dedicarle una mirada de molestia, de esas que de cuando en cuando va regalando por la vida. Aquel hombre camina de espaldas para no perderme de vista y yo a duras penas puedo mirarlo… no mueve los labios, pero yo lo oigo:

-Eres muy pequeña, Ámbar, pequeña pero linda… ten paciencia, cuando crezcas, nadie nos separará.

Papa me dice que deje de estar bobeando y que me apure, trato de verlo de nuevo, pero ya no está, solo existe el rumor agresivo de los autos al pasar. El viento recobra sus fuerzas y arranca las pocas hojas que quedan en los árboles… no tarda en comenzar el invierno.

A cada paso siento mas y mas pesados los pies… síntoma clásico de la cercanía de la guardería, al llegar, lo primero que veo es una sonrisa tipo caballo digna de una feria de fenómenos… lo cual sigue de un “buenos días Ambarcita!!!” Susana, mi maestra, que no entiendo como puede enseñarme algo, si ni siquiera sabe que no son buenos por que papa llegara tarde a trabajar y se enojara conmigo y con todos y yo me caí y perdimos el metro, ni son días por que aun esta oscuro ni me llamo “Ambarcita”.

Papa le indica que me den de desayunar y que mama vendrá por mi, me da un beso en el gorro y lo veo irse corriendo, como siempre. Hasta pronto pienso, mientras la maestra me lleva a pasos agigantados al salón de clases….

Podría optar por la escena clásica de lagrimas, gritos y mocos al por mayor, pero eso no haría que mama viniera por mi mas rápido, el desayuno fue una odisea, deberían de torturas a nuestros torturadores… aquellas horripilantes personas que nos obligan a comer huevo revuelto gelatinoso y chocolate con nata. iugh.

Susana al ataque de nuevo con una cucharada de huevo haciendo sonido de avioncito… permiso para aterrizar: denegado. Veamos quien se desespera primero!


No hace mucho el día empezó a clarear, pero parece que el tiempo se niega a avanzar…


1 comentario:

  1. ...it's weird to found pieces of me inside your blogs... please keep writing as well as you're doing i need to find out who I am

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Y aqui es donde yo opino!