martes, 28 de agosto de 2012

Cuento 3: El hombre más bueno del mundo. (Lau García)




El hombre más bueno del mundo.

 

En algún lugar del mundo existe un hombre de sonrisa franca y suave voz, alguien a quien las peores tormentas no han logrado derribar, alguien que siempre se preocupará antes por los suyos y quienes le rodean que por él mismo.

De su familia original no se conoce mucho, su historia ha trascendido más allá. Desde pequeño tuvo que enfrentar diferentes obstáculos que van desde la pobreza extrema hasta el abuso y humillación de quienes sí contaban con los recursos para mandar y hacerse obedecer a fuerza de maltrato e injusticia. No se sabe si la bondad que lo caracteriza fue resultado de alguno de esos sucesos que, en definitiva, marcaron su vida y la de quienes ahora le quieren y admiran, mi teoría es que ese nivel de bondad y generosidad los trae ‘alguien’ desde su concepción, quizá uno entre millones.

Hombre sencillo, de nombre José, conoció al amor de su vida cuando aún era adolescente pero, a pesar de que todo pareciera dispuesto para ellos, el destino tenía preparadas algunas sorpresas que le harían probar si en realidad se trataba de amor.

José conoció a Mercedes y se enamoró perdidamente de ella quien, por su parte, correspondía de manera absoluta al sentimiento que producía electricidad en ambos con tan solo cruzar la mirada. Vivían en un pueblo pequeño, de esos en los que todos se enteran de todo y que, no por casualidad, José era el mejor partido, ese por el que muchas jovencitas suspiraban ilusionadas sin saber que, el corazón del muchacho, ya tenía dueña.

La prima de Mercedes, Silvia, apenas un par de años mayor,  era una de las chicas que a diario soñaban con que José dirigiera su mirada hacia ella. Silvia sufría una enfermedad cardiaca incurable, al menos en tanto a los limitados conocimientos del médico del pueblo y, José, al saber la condición física además de los sentimientos que la misma chica le hizo saber, no dudó ni un momento en casarse con ella a petición de la familia, incluida Mercedes.

La boda se llevó a cabo unas semanas después, José se esforzó por brindarle a su mujer toda la felicidad que le fuera posible aunque, ella, con el simple hecho de estar a su lado ya era completamente feliz. Todos en el pueblo sabían que la vida de Silvia pendía de un hilo, todos menos ella que vivía sumergida en una burbuja de fantasía que le construyeran las personas que la amaban.

No se sabe si Dios, la vida o el destino mismo permitió que la vida de la chica se extendiera hasta quedar embarazada de José mientras, Mercedes, observaba de lejos y de manera resignada el sacrificio de su amado haciéndola admirarlo cada vez más. Ambos respetaron la situación de cada uno, respectivamente, jamás hubo un coqueteo o cualquier intento de acercamiento. Era un amor que trascendía los límites de lo social y moralmente aceptable.

 
Pasaron los meses y el bebé crecía sano en el vientre de su madre que, contrastantemente, se iba apagando conforme pasaban las semanas. La advertencia del médico fue tajante, ella moriría pues su corazón no sería capaz de soportar el esfuerzo de un parto. La noche en que todo estaba listo para que Silvia diera a luz, ella pidió hablar con José, quería despedirse. Ya, a solas los dos y con lágrimas en los ojos, Silvia le dijo a José cuánto lo amaba y le pidió cuidar mucho a su hijo… le dijo que ella sabía lo que sentía por su prima Mercedes, que lo había sabido siempre y que la perdonara por no haber sabido alejarse cuando pudo y debió hacerlo. Le confesó también que ella sabía de su enfermedad, sabía que sería poco el tiempo que permanecería a su lado y lo que le costaría el nacimiento de este bebé.

 - Te pido, José, que te cases con Mercedes… esta tarde hablé con ella y accedió a hacerse cargo del niño, ¡contigo!...

Entre sollozos se despidieron y, Silvia con sus últimas fuerzas, dio a luz un sano y hermoso niño. José y Mercedes se casaron al poco tiempo, el niño creció sano y feliz junto con los 9 hermanos que tendría más adelante. La vida no podía haber sido más justa con esta familia que tenía por líder a un hombre bueno, el hombre más bueno del mundo.

José vivió trabajando de sol a sol para brindar lo mejor a su gran, de manera literal, familia. Mercedes hacía lo propio en el hogar. Sus hijos se desarrollaron en un ambiente de armonía, valores y sonrisas. Al ser mayores hicieron cada uno su vida, formaron familias de manera respectiva y la vejez llegó a los padres.

José vivió el cambio de siglo, le ha hecho frente de manera valiente, con sabiduría y coraje, podríamos decir que sin importar que en el camino haya perdido a la que fuera su gran amor, pero no… José vive alegre y sonriente en espera de que llegue el día en el que por fin se encuentre con su amada y puedan continuar siendo felices de manera eterna.

No se sabe con exactitud cuántos nietos, bisnietos, quizá tataranietos tiene ya José, lo que sí se sabe es que goza de fuerza y salud que muchos adultos jóvenes envidiarían. Este año fue nominado y ganador del concurso ‘El abuelo de oro’. El día de la premiación se levantó temprano, se aseó y vistió uno de sus trajes grises; se puso su sombrero y tomó su bastón dorado. ¡Guapo!, le decían su hijas y nietas, el resto de la familia gritaba y sonreía mientras le ponían la banda que mostraba el ‘título’ en gruesas letras doradas. Él solo sonreía bonachonamente.

Hoy José luce un poco encorvado, sus pasos son lentos y a ratos trastabillados, ha perdido por completo el funcionamiento de su ojo derecho y oído izquierdo pero, la sonrisa, esa que ha hecho llorar de felicidad a los que recurren a él en busca de consuelo y reír a quienes han compartido con él momentos de alegría…esa sonrisa se mantiene intacta a pesar de los años. La paz que transmite su mirada y la armonía de sus palabras tampoco desaparecen.

Ustedes podrán pensar que no existe el hombre más bueno del mundo, que utilicé esta historia para participar en un concurso de cuentos pero no, se equivocan, el hombre más bueno del mundo sí existe y es mi abuelo… Esto no es un cuento.

 

 Lau García
La chida de la historia.

21 comentarios:

  1. cuento con la dicha de ser nieta de este gran hombre, esta historia es el ejemplo de que sí existe el amor verdadero y para toda la vida. La vida de mi abuelito me enseña que se puede seguir soñando y creyendo en el amor eterno. Gracias Lau por compartir este "cuento" y colocar en mi cara unas cuantas lágrimas acompañadas de una sonrisa =) atte: Rozy García

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  2. Una hermosa historia que me ha conmovido, de verdad que el amor verdadero existe!! =)

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  3. una historia de amor verdadero, gracias por compartirla

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  4. Ese es mi abuelito,es un ser lleno de luz,que nunca se a doblado en ningun momento,es una persona que no se permite jamas estar triste,transmite amor,es un ejemplo de vida y me atrevo a presumir de el ,y a presumir que aun lo tengo y que grasias a el mi padre a continuado con esos valores que su padre y su madre le inculcaron

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  5. Ese es mi abuelito,es un ser lleno de luz,que nunca se a doblado en ningun momento,es una persona que no se permite jamas estar triste,transmite amor,es un ejemplo de vida y me atrevo a presumir de el ,y a presumir que aun lo tengo y que grasias a el mi padre a continuado con esos valores que su padre y su madre le inculcaron

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  6. Gracias por compartir un pedazo de tu mundo. Saludos Lau.

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  7. me encanto nudo en la garganta mucho que aprender de el aun felicidades a todos los nietos bisnietos tataranietos hijos sobrinos etc por tener a su lado a un hombre como el.

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  8. es un honor ser nieta de este gran hombre que me ha enseñado que se puede ser feliz a pesar de los problemas y la muerte de los seres más amados, lau me hiciste poner ojos de remi. Una hermosa historia para mi álbum de recuerdos.

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  9. Un hombre que nació en el tiempo de los hombres con palabra, comprometidos y honrados. Y detrás de cada uno de ellos, en especial de el más bueno del mundo, estuvo siempre la mujer más valiente del mundo. Te extraño abu. Bonita historia Cousin ♥

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  10. Buena narrativa, cuento corto que logra su cometido. Te toca el corazón. Historia basada en la familia y el respeto... Algo que nos falta en estos días.

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  11. aunque conocia parte de esta historia, despues de leer esta manera tan especial de relatarla, la verdad es que no eh podido dejar de llorar. Pues podra existir gente que no crea en esto pero solo las personas que tenemos la fortuna de conocer a este hombre tan marabilloso sabemos que esto se queda corto. Gracias Lau por este homenaje a nuestro abuelito mejor conocido por Don Pime.
    atte. Judith Garcia

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  12. FELICIDADES ES UN CUENTO MUY LINDO.

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  13. Un super cuento animo con todo , realmente vale la pena relatar este tipo de "cuentos" para crear una mayor concienta entre los pequeños y empezar a cambiar a este hermoso Mundo

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  14. que linda historia Felicidades !!! realmente GRAN historia

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  15. UNA HISTORIA CONMOVEDORA. ALTA COCINA EMOCIONAL, AMIGA. GRACIAS POR COMPARTIR. SALUDOS

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  16. una historia hermosa que si nos pone a meditar!!

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  17. CIERTO Y CON MUCHA ALEGRIA ,ORGULLO ADMIRACION , RESPETO ES MI ABUELO,GRACIAS POR FORMAR UNA FAMILIA DE LA CUAL HOY SOY PARTE CON TODO EL AMOR Y MI ADMIRACION TE AMO ABUELO PIME...JGR

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  18. hey hey ,yo lo conozco yyyyy es mi abuelito adoptado por mi , el cual esta lleno de consejos,ternura y mucho amor para compartir y te quiero mucho y extraño esos dias de box y tequila jijiji acompañada de su extrañez por mis gritos que bien que fueras mi abuelo ....tqm FDC

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  19. Impresionante que sea real.
    Pero en mi opinión no debío haberse casado NUNCA con Silvia. Si no la amaba. Si amaba a Mercedes debió casarse con ella desde el principio.
    El estar enferma no le da derecho a que los demás TENGAN que cumplirle sus caprichos.
    Esa silvia no debió pedir eso.
    Y lo que me extraña que la consecuentaran.

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Y aqui es donde yo opino!